No hay caso, no somos como las gallinas

Hace una semana que no estaba. Bueno, tampoco es cuestión que sea un diario personal.

El tema que me ocupa es el cambio horario y como nos modificó en especial con los hábitos mangiatorios.

No sé ustedes, pero no puedo cenar con luz, ustedes dirán es una boludez, si uno almuerza con luz, ya sé, no resiste análisis pero es lo que me pasa.

Al cenar sin luz, demoro una hora más, me acuesto una hora más tarde ergo, DUERMO MENOS!!

Estoy más cansado, entonces o ceno con lentes de sol, o cierro todas las persianas de casa para que no entre la luz solar o no ceno más!! Pero estoy más cansado que antes!! duermo menos!!

Ojo, eso sí, la energía la ahorro! Pero vayamos a un punto interesante.

El tema de la calidad y la cantidad. Después de leer un articulo en el Boletín Oficial, me quedé pensando (bue, hice una o dos sinapsis, tampoco un ejercicio de lógica, vió? El bocho no dá) y le dí la diestra al reporter.

No es lo mismo una hora en diciembre que una hora en marzo. Te sacan una hora en diciembre y te la devolvemos en marzo. Vendría a hacer te saco un año de tu vida a los 21 y te los devuelvo a los 65 (si llegás).

Esta medida (típica de economistas) sostiene que la vida siempre es igual, que los años son iguales y que si sacas algo en la ecuación y lo volcas del otro lado del signo igual con signo contrario, la ecuación se mantiene inalterable!! nooooooo, señores!! La vida no es igual todos los días por más que los creativos de la tele digan que si, y la única manera de romperla es comprando un gaseosa!!

Me sacan la hora en la época más linda del año y me la devuelven hecha merda!! Calidad no es cantidad!!

Ahora me voy, a ver si ceno a las 17 para acostumbrarme!! Es como ir a Japón sin gastar un sope!