lunes, 12 de mayo de 2008

Nuestro eterno problema

Nuestra casa es linda, muchos se quejan pero es linda. Nuestros abuelos la hicieron, se rompieron el lomo para hacerla. Es grande, vivimos todos espaciados, pero unidos bajo un mismo techo. Somos muchos y todos opinamos sobre nuestras cosas.

Nuestro atractivo es nuestro jardín, es grande, variado, nos da libertad y la verdad es que es hermoso, todas las visitas que vienen a casa nos lo elogian y es lindo. Y además tenemos una quintita y nos dá de comer, no nos podemos quejar, bue, si podemos.
Tenemos un solo problema: Las hormigas. En forma cíclica, nos vemos asediados por las hormigas y nos vuelven locos a todos los de la casa, es más, creo que hemos desarrollado una equizofrenia a las hormigas, la sola mención de ellas, nos altera, nos brota y nos pone pesimistas respecto al futuro.
Dicen que es normal, que todas las casas lo tienen, pero a nosotros nos altera. Hemos probado con todo. Desde el 83 (año en que nos hicimos cargo del manejo de la casa) hemos probado con todo. Y con todos, variamos de jardinero, primero cada 6 años y después cada cuatro, con singular y dispar suerte.
Desde el 83 hasta el 89 tuvimos uno muy amable, que nos ayudó a hacernos cargo de la casa, pero las hormigas no se iban, el decía que venian de cuando nos manejaban la casa, pero la verdad es que él no pudo manejarlas, probó varios planes que nos lo contaba, eran todos bárbaros, pero nada. Se volvieron plaga. Nos desesperabamos, todo lo que plantabamos, se llenaba de hormigas.Y allá en el 89, el jardinero nuestro, Don Ricardo nos confesó que no podía, que probó de todo y nada, y renunció.
Despues vino otro, que trajo mi tía (yo no lo traje), al principio no daba pié con bola, seguía con los planes de Don Ricardo, pero despúes consultó con un amigo suyo cordobés y ZAS!!! (Miguel Mateo copyright) santo remedio!! Y por supuesto, lo seguimos contratando. Con el tiempo, fueron muchos años, nos dimos cuenta que no solo no había hormigas, sino que todo lo que plantabamos crecía menos y menos, hasta que no crecía nada. El se fue y nos recomendó a un amigo, y bue...lo elegimos (ahi si, tuve que ver).
El tipo tenía cara de nabo, pero no había hormigas, que era lo que siempre nos preocupó. Pero de crecimiento de las plantas nada...Trajo las recetas del mismo amigo cordobes del otro (porque este era cordobés, por más que lo negaba) y nada, sin hormigas, sin plantas, y cada vez menos cesped.
Dos años duró y en el verano del 2001, la hecatombe total. Un desierto. Nos calentamos todos, lo queríamos cagar a patadas, el tipo se las tomó. Parte de nuestra familia decía que no quería ver a ningún jardinero más en la vida, pero se cruzó Don Eduardo, el jardinero que estuvo en la casa de al lado y se nos había ofrecido, pero le dijimos que no, porque habíamos elegido al nabo.
Don Eduardo, sin mucha alharaca, nos arregló el jardín. Volvián a crecer las plantas y había unas hormigas, no lo vamos a negar. Don Eduardo, se fue, dijo que era mucho stress, era un poco despelotado, pero supo llevar el jardín. Ahi fue cuando el candidato de mi tía se nos volvió a ofrecer y Don Eduardo nos recomendo al Flaco, dijo que mucho no lo conocía pero que era mejor que el de mi tía.
Como estabamos con la imagen del nabo, recomendado por el de mi tía, y su amigo cordobés, la elección no fue difícil, y nos quedamos con el flaco (yo había pensado en la gordita del chaco, pero no me tomaron en cuenta). Tipo raro el flaco, era sesoso, traía sus métodos. Muy rutinario, muy desprolijo en su apariencia pero resultaba. El jardín crecía y habia pocas hormigas, lo tolerable. lo mímimo indispensable y todos estabamos contentos con el "resurgimiento".
La parte de mi familia que no lo quería decía que el jardín crecía porque teniamos un clima favorable y crecían los jardines de todos nuestros vecinos. A nosotros que no saliamos mucho a comparar, nos conformaba. A pesar de sus gestos adustos y sus métodos, era eficaz.
En el año 2006, empezamos a ver más hormigas, pero el Flaco decía que no, que eran apreciaciones nuestras, que nos concentremos en el jardín y como crecían las plantas y cómo la quinta nos daba de comer. Le hicimos caso. Pero cada vez más, en mi familia se levantaban voces en oposición de el, pero no se lo decían, era como un descontento, que esperaba que se terminara al disminuir el número de hormigas.
El año pasado, el flaco decidió no venir más, nos recomendó a su señora. Dijo que era lo mismo, que el no se iba a meter, que ella sabía mucho. Y decidimos contratarla (yo insistí con la chaqueña!, pero no me dieron bola!). Vino ella, ella es mucho más fina, con estilo, parlanchina, pero aplicaba los mismos métodos que el flaco y usaba las mismas herramientas que él, es más, el venía algunas veces y opinaba.
El tema es que la cantidad de hormigas aumentó, las plantas están bien, pero no queremos que descuide a las hormigas. Pero la mina insiste, que nosotros no sabemos, que no es la cosa como la vemos, y que no hay muchas hormigas. Las ignora. Después se peleó con la parte de mi familia que llevan la quinta adelante, no les habla (pero eso es otra historia). El tema es que como ignora a las hormigas no hace nada para controlarlas. Las mata con el discurso y ellas, ignorantes, como nada, están bárbaras.
Ahora bien, si bien Don Ricardo fue un incapaz, no supo, no quiso o no pudo. Esta señora, es terrible, me dice que no existen y no hace nada. Y encima me dice que las hormigas que yo veo no son hormigas y que no la ofenda en su condición de jardinera. Pero mientras la señora no hace nada. Es decir hace lo que dice, niega con el discurso, me habla de una realidad, me la impone y yo tengo que aceptar. Mientras me morfan las hormigas. No es como en la época de Don Raúl, no es grave, pero la señora no hace nada. Y le pago para que haga algo. Me dice que la culpa es de los vecinos que nos llenan la cabeza y que acá no pasa nada, pero todos las vemos.
No sé que es peor, la incapacidad o la desidia y el menosprecio. Los dos traen iguales resultados. Pero como me jode que me traten de boludo...disimulen!!!
Puta madre!!! Cuando uno esperaba superar los problemas, crecer, volvemos con las hormigas....
Como dice mi amigo fallecido en vida.....vamos al campo....



PD: Que bien cantaba y componía, cuando cantaba y componía!!! Gracias por aquellos buenos tiempos!! Yo estuve ahi!!!

9 comentarios:

Faby dijo...

Yo probaría con Hortal, pero para la jadinera.

Ana dijo...

Yo creo que la jardinera te (nos) está tomando por boludo. Yo también veo hormigas, aunque las quieran esconder abajo de la alfombra...

Briks dijo...

y si le provees de unos buenos lentes a la señora?

Cecy dijo...

y si contratas a un psicologo? despues de tantos jardineros, no paso nada.
quizas con una buena terapia de grupo, puedan convivir en armonia con las hormigas...
Pobrecitas ellas tan laboriosas, jajaja
Besos

Ana C. dijo...

Me encantó la comparación hormigueril. Qué hacer, ahora, porque recién empezó a trabajar esta jardinera. Va a haber que ponerle los puntos sobre las íes para que se tome el trabajo en serio, me parece.

Pablo dijo...

a ver.. ya vi super largo el post y decidi leerlo.. todo un logro..

ahora resulta que para leerlo tuve que escribir en un papel onda arbol genealogico para ver de quien corno hablabas.. del cordobes, de la esposa, de la mar en coche.. un kilombo!

al final todo se resulve poniendo piso en todo el parque y pantas de plastico..

si queres verdura, verduleria y chau!

guadis! dijo...

Lo primero que pensé cuando leí que el problema eran las hormigas: esta canción de Charly! Saludos!

María dijo...

Campesinos santandereanos (Santander, Colombia) se preparan para el final de la 'cosecha' de hormigas
Quienes disfrutan de su aroma y su sabor aseguran que no hay nada comparable y dicen que es, a la vez, un manjar y un buen negocio. Se trata, ni más ni menos, de un tesoro cuyo valor ha sido reconocido por generaciones de santandereanos y que se remonta a una tradición ancestral de los indígenas guanes, hace más de 500 años. Pero a diferencia de cualquier otro premio escondido, éste sale a la superficie durante nueve semanas al año.
La 'cosecha' de hormigas culonas no solo resulta ser un manjar apetitoso sino también un buen negocio para cientos de familias que viven de estos animalitos.Espero que tus hormigas sean culonas si es asi tienes el negocio del siglo.
Besos Y Abrazos.

Emma dijo...

Yo iría con la jardinera y el ex-jardinero al cine a ver "El jardinero". Yo no la vi, pero por ahí sacan alguna idea para cuidar jardines...